- Alrededor de 40 familias de Villadorita, Intag, cantón Cotacachi, esperaron treinta años para contar con documentos de sus propiedades a su nombre. Esta zona subtropical se dedica al sembrío de fréjol, frutas y café.
COTACACHI. – Durante elel siglo XX muchos colonos llegaron hasta la zona de Intag, Santuario de Vida, pues sus tierras prometían gran valor para quien tuviera el coraje de trabajarlas, así llegó Isaías Pasquel, hasta una parte baja de esta zona que denominó Villa Limón, con el pasar de los años se convirtió en Villadorita.
Pero la historia de la tierra es también la historia de sus fragmentaciones. Isaías dividió su hacienda entre sus hijos: Hugo, Aníbal, Eduardo y Jorge. El latifundio se volvió herencia. La herencia se volvió lotización. Y hace años, Jorge Pasquel hizo lo que hacen los herederos cuando la tierra es más que la memoria: la vendió en pedazos o los denominados pisos. Aquí, muchos vieron esperanza para sus familias y adquirieron su “piso”, sin pensar que sería el inicio de años de lucha para obtener las escrituras a su nombre.
El 11 de noviembre de 2008, el Estado ecuatoriano los reconoció como Comuna Jurídica. Construyeron casas con sus propias manos, trazaron calles, levantaron una iglesia, una cancha para sus hijos, todo con el anhelo de construir identidad y una memoria, mientras esperaban que alguna autoridad los escuche y al fin les dijeran ‘esta tierra es suya’.
Así, llegó la Administración del Vivir Bien, como una oportunidad para volver a confiar en que gobernar es reparar injusticias históricas. Con ello, inició la legalización con mediciones, verificaciones, notificaciones, visitas personalizadas, digitalizaciones, reuniones de trabajo con la comunidad y todo lo que conlleva este proceso para cumplir con los requerimientos administrativos priorizando al ser humano y entendiendo que detrás de cada expediente hay una familia, una historia que lleva treinta años de espera.
El proceso tomó su tiempo; sin embargo, el Municipio de Cotacachi actuando en coordinación con la voluntad de las y los habitantes de la comunidad entregó las escrituras individuales a las familias que aún no podían creer que la palabra del alcalde se cumplió.
Jomar Cevallos Moreno, aseguró que la administración municipal del Vivir Bien demostró que todo es posible cuando hay compromiso y empatía al momento de trabajar. “La voluntad política puede transformar la paciencia histórica en justicia territorial. Lo prometimos y hoy lo cumplimos, no fue un camino fácil, pero lo logramos. Celebro con ustedes este logro como mío propio”, dijo el Alcalde, durante el evento de entrega de escrituras.
Emma Zumárraga, presidenta de Villadorita, con entusiasmo dijo, “ahora si podemos decir que estas tierras son nuestras, vivimos treinta años de incertidumbre que hoy llega a su fin. Gracias a los técnicos y autoridades por este momento”, mencionó.
Con esta historia, en la zona de Intag existen un sin número de comunas de Peñaherrea, Cuellaje, Vacas Galindo que esperan su turno y a las que también se está brindando el mismo acompañamiento.
